Un delegado de una industria mexicana tiene que ir a la selva en busca de la zona donde crece el árbol de cuya hoja se extrae la cortizona. Parte con un guía inexperto y ambos se pierden en la selva. Muere el guía picado por una víbora y el hombre continúa su marcha. Después de mil angustias llega a un lugar habitado, junto a una catarata. Es mal recibido por un personaje hostil que le corta el puente de acceso y lanza al río al viajero, el cual se salva gracias a la intervención de la hermosa hija del raro individuo, que es un ser amargado que ha huido del mundo víctima de la incomprensión primero y de la traición de su mujer después. La muchacha se enamora del hombre herido, que está casado, y ese amor despierta un conflicto que degenera en lucha entre el dueño del lugar y su huésped forzado.